Las candelas de sebo y las melcochas de azúcar, una tradición en las fiestas patronales de Diriomo
- informtv multi
- 3 feb 2022
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En la solemnidad de la virgen de Candelaria, también se comercializan las tradicionales rosquillas de ciudad Darío.
En las afueras del templo del Santuario Diocesano Nuestra Señora de Candelaria se ubican decenas de mujeres, que ofertan en canasto de bambú las tradicionales candelas de sebo, a cada uno de los devotos que entran al templo para participar de la misa solemne de las festividades de la virgen.
Las candelas son encendidas al inicio de la liturgia y bendecidas por el sacerdote. Los fieles las apagan durante la proclamación de las lecturas y las encienden nuevamente cuando se lee el evangelio, al final las llevan a sus hogares y algunos tienen la fe de utilizarlas como un bálsamo, ante alguna dolencia en el cuerpo.
Esta tradición se mantiene de generación en generación, como parte de los actos de piedad popular de la feligresía católica y representa la luz de Cristo. Las candelas las elaboran las manos laboriosas de las mujeres artesanas del pueblo de Monimbó en Masaya, quienes no faltan en llegar al pueblo de Diriomo cada dos de febrero, que es el mayor día festivo.
“Tengo más de 30 años de venir a vender cada dos de febrero a las fiestas de Candelaria de Diriomo las candelas de sebo, que elaboramos de la grasa que se obtiene de la res, gracias a Dios cada año nos va muy bien, porque todo devoto de la virgen nos compra una candela, para encenderla en el templo, como parte de la fe del pueblo”, relata la artesana de Monimbó, Yamileth Rivera.
Este año las autoridades eclesiásticas celebraron tres eucaristías, como una medida, para evitar las aglomeraciones en el templo, ante la pandemia del Covid-19. Cada peregrino que entraba a contemplar en su santuario a la imagen de la virgen acompañaba su plegaria con la encendida de una vela.
Dulces de Santa Teresa no faltan en festividades
Dentro de las decenas de vendedores que se mantienen en las inmediaciones del templo se encuentran más de 15 comerciantes de Santa Teresa Carazo, que llegan todos los años a vender las tradicionales melcochas a las festividades de Diriomo, las que elaboran a base de azúcar formando diferentes figuras, como sombreros, aves y coloridas muñecas que se deshacen en la boca.
También llegan a comercializar el alfeñique, un dulce elaborado de la caña de azúcar y envuelto en hojas secas de plátano. Muchas personas lo acompañan con una bebida de pinol cocido, el cual es conocido en Nicaragua, como el “tibio”.
“Desde que era un niño vengo cada año a las festividades de Candelaria, porque me hace recordar a mis padres que me inculcaron esta devoción y es hermoso encontrar cada año a
estas comerciantes ofertando estos dulces tradicionales, porque son parte de la tradición de un pueblo”, refirió Efraín Calero de la ciudad de Niquinohomo.

Dentro de la delegación de comerciantes del municipio de Santa Teresa se encuentra Francisco Narváez, que cada año se muestra agradecido por las ventas que obtiene de sus melcochas, porque la mayor parte de los fieles tienen marcado como tradición comprar estos dulces, para llevarlos a compartir a su hogar, como parte de las festividades de Candelaria.
“Nosotros viajamos a varios municipios, como el Santuario de Jesús del Rescate en San Jorge, Rivas y la Conquista en Diriamba a ofrecer nuestros productos y nos alegra mucho que los fieles nos compren nuestros dulces, porque hacen posible que mantengamos viva la tradición de las melcochas que son propias de nuestra tierra”, dijo Narváez.
La masiva visita de fieles católicos, también es aprovechada por las mujeres comerciantes de rosquillas de Ciudad Darío de Matagalpa, quienes viajan un día antes con varios canastos de este producto, para lograr una mejor venta.
Elda González forma parte de las comerciantes que llegó de Ciudad Darío y con gran optimismo muestra casi vacío uno de los canastos de rosquilla que llevó a vender al pueblo de Diriomo.
Imagen se mantuvo en el templo
Este año la imagen de la virgen de Candelaria no salió a recorrer las calles de Diriomo, como parte de una disposición del obispo de la Diócesis de Granada, Monseñor Jorge Solórzano, con el fin de evitar concentraciones masivas que puedan ayudar a propagar la pandemia del Covid-19.
La solemnidad de la misa fue celebrada por el Canciller de la Diócesis de Granada, presbítero Mario Sandoval Castrillo, quien instó a los fieles católicos a mantener la unidad de la iglesia.
La imagen permaneció por varias horas en el atrio del templo, para ser venerada por sus devotos. Al inicio de las festividades un grupo de personas que se identificaban, como católicos exigían al párroco Jairo Mercado que sacara la imagen a recorrer las calles del pueblo, pero al final esta demanda no prosperó.
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